Los
jóvenes de hoy aman al lujo, tiene malos modales y desprecian la autoridad. Les
faltan el respeto a los adultos, y prefieren conversar antes que ejercitarse.
Contradicen a sus padres, hablan delante de otros, devoran su comida, e
intimidan a sus docentes. Sócrates
(470-399 a.c.)
La
falta de motivación propia es algo interno. Reconectarse con el ser docente, con los alumnos, con la pasión por enseñar e implementar
distintas estrategias didácticas que ayuden a revertir esa situación.
El buen docente trata de auto
motivarse para superar los obstáculos que se le presentan en el día a día y no
se queda con la queja que no le conduce a nada.
Es importante intentar comprender qué hay
detrás de una mala contestación o acción. De esa forma, es posible resolver
una situación de una manera más efectiva.
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No se trata de justificar lo que
sucede en el aula, sino de entender que el docente dispone de herramientas que
pueden ayudarlo a resolver positivamente
situaciones conflictivas.
Conducta versus manejo eficaz del aula
La
disciplina se define como las reglas de comportamiento para mantener el orden,
y prohibir no es específicamente la estrategia para lograr esa organización en
el aula.
La
disciplina está en la órbita de los alumnos, mientras que el manejo del aula
está en la órbita del docente. Pensar en el manejo eficaz de la clase implica
estos cuatro factores:
1) La motivación: la primera
etapa de una clase, despertar al alumno ese interés por descubrir, por
escuchar, por hacer. Es la diferencia diferencia entre alumno que debe escuchar
frente al que quiere escuchar.
2) El proceso de enseñanza: qué
enseñamos, cómo enseñamos, y qué recursos utilizamos. Se trata del proceso de
instrucción, no solo de la instrucción misma.
3) La conducta: los comportamientos esperables de
nuestros alumnos, las reglas y los procedimientos a implementar tendrán un
profundo impacto en el clima del aula.
4) La relación alumno-docente: el
aprendizaje está directamente vinculado con las relaciones interpersonales. La
calidad de la enseñanza va de la mano de la relación alumno-docente. ¿Cuál es
la distancia justa entre el docente y los alumnos? Consideramos que la relación
que establecen alumnos y docentes debe ser lo suficientemente distante para ser
profesional, pero bastante cercana para ser cálida. Cuando un alumno no se
siente seguro con su docente, no puede dar lo mejor de sí.
Si el niño no aprende de la manera en que le
enseñamos, entonces tal vez deberíamos enseñarle de la manera en que él
aprende.
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El manejo eficaz del aula es una
condición absolutamente necesaria para que el docente pueda enseñar y el alumno
pueda aprender.
Para pensar
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No hay un
método mejor que otro para trabajar la disciplina en el aula; en realidad hay
muchos métodos para diversos alumnos en distintas circunstancias.
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Las reglas y los procedimientos
la disciplina inteligente se relaciona
estrechamente con trabajar de manera racional sin descuidar lo emocional. En
otras palabras, pensar con el corazón, sentir con la mente y asumir las riendas
de la conducción del aula.
Para pensar
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El docente, el
adulto, es quien tiene que garantizar que ningún alumno interfiera con el
aprendizaje de un compañero.
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La regla se define
como una norma que debe ser cumplida por haber sido acordada de manera
colectiva. Si se rompe, hay una consecuencia o una sanción. El procedimiento, en cambio,
hace referencia al modo en que se hace algo.
Las
reglas ordenan y protegen el derecho a enseñar del docente y el derecho de los
alumnos a aprender.
Las
reglas se trabajan desde el primer día de clases y, en el proceso de su
construcción, es necesario dedicarle un tiempo a la inducción. Es importante
que el docente se presente adecuadamente, no basta con saludar, decir el nombre
y expresar la alegría de conocer al alumnado. El alumno necesita sentir que eta
en buena mano, para construir las reglas de manera armónica.
ü Enunciar las reglas positivamente.
En vez de ¨No se puede correr¨, decir algo así: ¨Para llegar del aula al
salón de música, vamos a caminar como…¨.
ü Practicar las reglas hasta convertirlas en hábitos. Si un alumno entra
corriendo al aula, invitarlo a que lo haga caminando y repetir esta acción
tantas veces como sea necesario.
ü Actuar racionalmente. Existen muchos docentes
que aplican una regla según su estado de ánimo. Si se sienten enojados o
casados, la regla se cumple. Si están particularmente contentos, perdonan
todo. Esto no es justo. No nos olvidemos que la excepción es el principio de
la injusticia.
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El
manejo eficaz del aula pasa por los docentes de manera individual.
Cuando
un alumno rompe una regla, debe haber una sensación, que tendrá que ser lógica
y cumplida. De lo contrario, se desdibuja el sentido de las reglas.
Recomendaos
trabajar con estas tres reglas básicas: respeto por sí mismo, respeto por los
otros y responsabilidad por las propias acciones.
Las
reglas y los procedimientos le dan estructura al manejo del aula
Los objetivos de los alumnos y el
docente debe ser alineados
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Las interrupciones
Es importante que el llamado de
atención sea discreto y reservado a los que están involucrados.
La transición entre una actividad y la próxima
Si el
docente no puede generar una transición acertada, los alumnos se dispersan,
conversan, se paran, se distraen, y volver a tener un aula con alumnos
enfocados puede llevar tiempo.
Para lograr
una buena transición, el docente debe saber y debe hacerles saber a los alumnos
cuánto tiempo tienen para realizar alguna actividad.
Aprender a leer caras es fundamental para saber cuándo es
momento de cambiar a una actividad más dinámica.
Voz, ritmo y cadencia
Algunos docentes, naturalmente, hablan de tal manera que os
alumnos pueden seguirlos con entusiasmo. Enfatizan algunas palabras, suben y
bajan el tono de voz. Otros, sin embargo, hablan con un tono monocorde, que
tiene efecto somnífero en el alumnado. Si estás en la duda respecto de tu tono
de voz, una buena estrategia sería grabarte en video para ver y escuchar cómo
te comunicas con los alumnos.
Los llamados de atención
No es
conveniente llamarles la atención a dos o tres alumnos que hablan mientras se
intenta enseñar.
Es aconsejable invitar a un alumno a que se retire del aula
cuando provoca inconvenientes. Cuando el docente le pide a un alumno que se
vaya del aula, está diciendo: ¨No puedo contigo¨ y demuestra que intenta
quitarse el problema de encima.
¿Qué hacemos
entonces? Si dos o tres alumnos están hablando entre sí mientras el docente
explica el tema, es necesario reaccionar ante el desorden que provocan. Del contrario,
será demasiado tarde y la mitad de la clase también adoptará la misma actitud
disruptiva.
El uso de las tarjetas de comportamiento, algunas de las
frases que pueden ir en las tarjetas son estas:
NO ESTOY DE ACUERDO EN CÓMO
TE ESTÁS COMPORTANDO. POR FAVOR, DEVUÉLVEME ESTA TARJETA PERSONALMENTE CUANDO
TERMINE LA CLASE
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¿Es
este tu mejor comportamiento?
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PIENSA
EN CÓMO TE ESTÁS COMPORTANDO Y CÓMO INTERFIERE EN LA CONCNTRACIÓN DE TUS
COMPAÑEROS.
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La técnica del ¨ ¿estás bien? ¨
El docente se acerca al alumno disruptivo y los invita a
salir del salón cuando todos los alumnos estén trabajando. A solas, le pregunta
qué le pasa. En función de su respuesta, puede ofrecerle ayuda. A veces una
frase, una sonrisa, una mano en el hombro en el momento preciso puede transformar
la vida de una persona. Por eso, nunca debemos subestimar el poder de nuestra
influencia como docentes.
El uso de esta técnica implica una actitud
honesta y calidad por parte del docente, con la sana intención de conectarse
con el alumno de una manera positiva y terapéutica.
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Conectarse versus
reconectarse
Una vez
que el alumno dijo o hizo algo inapropiado y el docente le llamo la atención,
es importante no hacer da la situación una escena.
El buen
docente no llega a fin de año resentido con ese alumno, sino que, apenas puede,
se reconecta con él.
Aprende a
reconectarse con un alumno es tan importante como conectarse con él.
EL BULLYNG O ACOSO ESCOLAR
Hemos aprendido a volar como los
pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de
vivir como hermanos. MARTIN
LUTHER KING
Es un
problema grave que afecta negativamente en la salud y el bienestar de los
estudiantes, y convierte el entorno en un espacio inseguro. Puede darse en
diferentes lugares y adquirir diversas modalidades: en persona, por mensajes de
textos o por las redes sociales.
Es muy
importante trabajar con los observadores, ya que el acosador necesita de su
público para sentirse más popular y para generar mayor humillación en la
victima.
Es
muy importante no rotular a los alumnos. Problemas con las frases “el alumno
que agrede” y “el alumno agredido” antes que “el agresor” y “el acosador”.
Por
un lado, asignar nombre, se asume que los estudiantes no pueden cambiar esa conducta.
Por otro lado, se ignora la
posibilidad de que los roles cambian: un joven que es acosado puede
convertirse en acosador.
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¿Cómo manejar una
crisis?
El cerebro
tiene dos hemisferios: el derecho y el izquierdo. El derecho es holístico y
emocional. El izquierdo es más lógico y estratégico. Para tratar a un chico en crisis,
tenemos que empezar a trabajar con su hemisferio derecho, es decir, conectarnos
con él desde lo emocional.
Es esencial
mantener la calma y cuidar el tono y el volumen de la voz y, cuando el alumno
se encuentra tranquilo, entonces trabajamos con su hemisferio izquierdo.
Podemos decirle con firmeza, pero con calidez, que se espera de él.
¿Cómo ayudar a un
alumno enojado?
Es
importante dejarlo que hable y que se saque toda la angustia. Hablar tiene un
efecto sedante en el sistema nervioso, por eso no es bueno interrumpirlo.
Como
docente, es fundamental no quedarse en lo negativo, hay que expresar empatía,
mostrarle al alumno que entendemos cómo se siente y explicarle que se espera de
él.